No pudieron preguntar. Apenas escuchar indicaciones que, a distancia, desde el juzgado de Caleta Olivia, un superior de la Armada Argentina aportaba cuando creía que las imágenes requerían aclaraciones. Pero ni necesitaron explicaciones cuando vieron lo que nunca antes: un saco de uniforme de oficial, con sus jinetas a la vista, y parte de un overol de trabajo sobre el lecho marino, al lado de los restos del submarino ARA San Juan , a más de 900 metros de profundidad.
"Fue duro, muy duro", reconoció Andrea Merelles, esposa del tripulante Gabriel Alfaro Moreno y una de las más de 40 familiares de los 44 marinos desaparecidos que desde aquí participó de la videoconferencia simultánea -alcanzó a otras 16 sedes judiciales de distintas provincias- que por primera vez les permitió ver las 67000 imágenes tomadas por un robot sobre lo que quedó del buque hundido el 15 de noviembre de 2017 frente a las costas patagónicas.
Más de seis horas pasaron en la sala de audiencias de la Cámara de Apelaciones Federal de esta ciudad. Todos ante una pantalla de 50 pulgadas y asistidos desde cerca por seis psicólogos del Centro Nacional de Asistencia a la Víctima. Hubo llantos, mucha emoción, pero ninguna crisis ni cuadro que requiera mayor atención.
Hasta el momento solo habían visto tres fotografías tomadas con equipos remotos del Seabed Constructor, buque que halló el submarino el 16 de noviembre último. La jueza Marta Yáñez cumplió con exhibirles la totalidad del material, que está incorporado a la causa y ahora será remitido a la comisión bicameral que investiga lo que ocurrió con el submarino.
Lo que vieron parece suficiente como para que no queden dudas del destino del submarino. "No necesito más, vi lo que vine a ver", aseguró a LA NACION Paola Costantini, esposa del suboficial Celso Vallejos. "A mí no me alcanza", acotó Zulma Sandoval, su suegra y madre del sonarista del ARA San Juan.
Lo que pudieron ver, algunos de ellos acompañados por sus abogados, fue -reconocen- muy contundente. La introducción fue un mosaico de imágenes que reproduce lo que quedó del submarino reducido casi a la mitad de su tamaño original. Y con zoom y calidad HD se aproximaban a cada detalle. Como el de los uniformes, únicas pertenencias de la tripulación que se hayan visto. "Se veía hasta que el botón decía Armada Argentina", acotó una de las familiares.
El jefe de la Base Naval Mar del Plata, capitán de navío Gabriel Attis, aportaba vía audio algunas especificaciones ante fotografías que requerían alguna aclaración para entender de qué se trataba. Pero no hubo ninguna referencia técnica a cómo y por qué sucedió lo que sucedió.
Los videos y las fotografías, con enorme claridad y definición, acercaron entonces una parte de la verdad. Merelles dijo que seguirán con la otra parte, que es que los culpables paguen por lo que pasó. Apuntó al ministro de Defensa Oscar Aguad y los jefes de la Armada al momento del naufragio. "No es contra la institución, sino con ellos, que son responsables de todo esto", remarcó.
Fuente. La Nación