"Si me dieran la oportunidad de ser otra persona ,sería Spok"
Tantas veces pronunció esa frase Leonard Nimoy, fallecido a los 83 años en su casa de Bel Air por una grave enfermedad pulmonar, que algunos llegaron a creerle. A él que ya en 1977, aquejado de una seria crisis de identidad publicó la primera de sus autobiografías ('Yo no soy Spock'). A él, que en 1995 se desdijo en su segunda autobiografía ('Yo soy Spock'). A él, a Nimoy, o Spock, que para el caso llegó a ser lo mismo y que sin embargo fue tantas cosas. Taxista, camarero o acomodador, como tantos de los aspirantes que aterrizan en Hollywood. Actor, director, poeta, cantante... Versiones de una persona poliédrica, de un personaje con mil caras.
'Larga vida y prosperidad'
Fue en 1964 cuando depilaron sus cejas por primera vez. En The Cage, el capítulo piloto que la CBS rechazó en un primer momento, ni siquiera aparecía William Shatner, su inseparable Capitán Kirk, aunque el éxito de Star Trek fue cuestión de tiempo. Dos años concretamente en los que Nimoy desarrolló el personaje bajo el prisma de su formación clásica, pensando en los personajes de sus admirados Charles Laughton y Boris Karloff. Le dio incluso parte de su propia personalidad.
Bendición Kohanic.
El mantra de Spock se acompañaba siempre del saludo propio de los habitantes del planeta Vulcano. Dedos extendidos por parejas, palma al frente. 'Larga vida y prosperidad'. Un gesto que Nimoy extrajo de la Bendición Sacerdotal Kohanic, la imposición de manos del judaísmo, pues Nimoy, y en consecuencia Spock, era judíos y podían leer y escribir a la perfección yiddish como herederos de la tradición judía ortodoxa llevada por sus padres desde Ucrania hasta Boston.