México contará desde agosto con la primera prueba desarrollada a nivel mundial para detectar el cáncer cérvico-uterino hasta dos años antes de que se desarrolle.
El Hospital Juárez de la Secretaría de Salud (SSA) sería el primero en contar con esa innovadora tecnología denominada LuViva autorizada por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), que ya se aplica en Europa, así como en Estados Unidos.
En el XIX Congreso Regional del Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia, Mark Faupel, creador del equipo con el que se realiza la prueba preventiva, no invasiva, explicó que ésta se basa en la luz fluorescente, utilizada en la Nasa.
El rayo de luz que emite LuViva detecta los cambios físicos y químicos de las células precancerosas al penetrar entre tres y cinco milímetros del tejido cervical hasta la capa basal y va directamente a la detección de los marcadores moleculares del cáncer.
A diferencia de las pruebas del Papanicolaou y del virus del papiloma humano, esa innovación no requiere muestra de tejido y evita la tardanza del laboratorio, pues sus resultados, confiables al ciento por ciento, se obtienen en minutos y el examen dura un minuto.
LuViva logró aplicar esa tecnología a la salud, y aunque ahora sólo se utiliza para la detección preventiva del cáncer cervico-uterino, está en análisis para los de faringe, recto, piel y ovarios.
La prueba mediante la cual se pueden descubrir alteraciones físicas y químicas precancerosas en el cérvix con gran tiempo de anticipación se puede aplicar a partir de los 16 años, principalmente en casos con factores de riesgo.