A través de un comunicado difundido hoy, las entidades advirtieron sobre "un posible agravamiento de la epidemia" y rechazaron la consigna "sin mosquito no hay dengue" porque "reduce la grave problemática a la descacharrización y la fumigación con químicos".
"El problema del dengue es la pobreza y la desigualdad ambiental", dijo a Télam Medardo Ávila Vázquez, de Médicos de Pueblos Fumigados, una de las entidades que junto al Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) y a la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH), entre otras, busca informar sobre "la verdadera dimensión de la epidemia".
El dengue, según describió el colectivo, "afecta a los barrios más pobres, carentes de agua potable, y donde las aguas servidas, de pozos y estancadas, generan un ambiente propicio para el desarrollo del mosquito".
"El mosquito se reproduce sobre todo en lugares degradados ambientalmente y ese es el desafío: mejorar la calidad del aire y del agua de los barrios y no empeorarlos, regándolos con insecticidas", aclaró Ávila Vázquez.
Descacharrizar, según el referente de Médicos de Pueblos Fumigados, "es una medida que responsabiliza de la erradicación del mosquito a los habitantes de los barrios y debería estar acompañada de otras acciones que mejoren sustancialmente las condiciones de los lugares degradados ambientalmente".
Mientras que "fumigar sólo mata al 40 por ciento de los mosquitos y daña la salud del ambiente y las personas, no consigue evitar que las larvas vuelvan a desarrollarse a las 48 horas", completó Avila Vázquez.